Pues, aunque parezca mentira, después de todo, se realizó el Barcelona Rock Fest. A pesar de todo y en contra de todo, se llevó a cabo la edición que se tenía que haber celebrado en 2020 pero por los motivos por todo Dios sabidos, no se celebró.
Y eso que muchísimos, entre los que me incluyo, temimos su suspensión definitiva, pero cual ave fénix, después de todos los problemas, resurgió y consiguió llevarse a término, no quizás en las mejores condiciones, pero se celebró y, desde mi punto de vista, con un gran éxito a pesar de las trabas e inconvenientes.
Porque no olvidemos que Rock’n’Rock, la promotora que lo organizaba, desapareció, se declaró insolvente y en concurso de acreedores con lo cual la viabilidad del festival pendió de un hilo y gracias a la nueva productora que se ha hecho cargo y a Laia que ha sido la cara visible, el festival se ha llevado a cabo.
Y aparte de los problemas derivados de este cambio de promotor, el tema de la pandemia a todos los niveles ha hecho mucho daño. Los transportes de materiales en todos los ámbitos se han visto retrasados y por poner un ejemplo, el césped artificial que tenían encargado esta todavía en el barco desde china. A lo cual le dieron solución cubriendo la mayor parte del recinto con césped reciclado de un campo de futbol. Solución de emergencia y algo «cutre» sí, pero mejor eso que no hubiera sido todo el recinto tierra.
Los escenarios no fueron tan grandes ni con pasarelas como en 2019, pero hubo escenarios donde pudieron tocar los músicos. Hubo carpa donde celebrar más conciertos, hubo barras, no todas las que hubiéramos querido pero los tiempos de espera no eran excesivos. Hubo menos baños, pero como digo, los efectos de la pandemia se han notado, como no podía ser de otra manera.
Y luego los problemas con las bandas, los caches y los honorarios. Hubo bandas que accedieron a renegociar sus caches por el bien común del festival, de sus seguidores y porque no decirlo, por seguir ganando dinero, menos, pero ganando, y hubo bandas que no lo quisieron hacer. Y no entraré en casos particulares, pues ya todos sabemos lo que pasó y con quien pasó.
Desde aquí, hay que felicitar a la organización, pues superando todos los problemas, hicieron una edición más que digna y a su vez, pedirles perdón, pues fui uno de los más críticos y al final me he tenido que tragar mis palabras.
¿Y por qué hablo ahora de Rock Fest cuando ha pasado un mes? Pues porque aun siendo un festival y aun habiendo existido todo tipo de trabas, ha estado mejor organizado y gestionado que otros conciertos de promotoras mas grandes y a priori mejor preparadas.
Porque no nos olvidemos, la música es para disfrutar, y un festival de varios días, es un punto de encuentro de amigos por un bien común, que es ni más ni menos que disfrutar juntos de la fiesta del Heavy Metal. Ni más ni menos.
Desde aquí mi más cordial saludo a Francisco Javier Herrera que vino desde Tenerife y pudimos disfrutar juntos de muchos conciertos y mi más sentido abrazo a Chechu, Xavi, Carmen, Alberto, Jose, Abraham y Richard (brother) por volver a vernos en Rock Fest y disfrutar juntos, reírnos juntos, beber juntos y pasarlo en grande con vuestra compañía. El equipo Durum Fest seguirá siempre unido…
Y en cuanto a la música y las bandas, pues empecemos:
Día 30 junio:
Por motivos de trabajo, llegué sobre las 18:00 cuando Myrath ya había empezado su descarga en la carpa Rock Tent, y no entiendo como los pusieron allí. Se les quedó pequeño el escenario. El trozo de concierto que vi, me maravilló, sonido increíble, puesta en escena espectacular e incluso con trucos de magia al final del concierto. Había escuchado algún tema, pero no me esperaba que me gustaran tanto, con lo cual me convertí en un fan más. Uno de los grupos triunfadores del Rock Fest y que se merecían estar en uno de los dos escenarios exteriores.
Después tocaron Jinjer en el Stage Fest, pero no les presté atención dado el reencuentro con amigos (Inma, Javi y Toni) y la pausa de hidratación necesaria para lo que se venía después. De todas formas, no es un grupo que me interesara mucho ver.
Sobre las 20:00 horas empezó la siempre efectiva descarga de Accept. Saben lo que hacen, saben lo que la gente quiere y se lo dan sin más. Gran concierto con el telón de fondo de su ultimo trabajo «Too mean to die» y desgranando clásicos como «Restles and wild», «Fast as a shark» y «I’m a rebel» entremezclados con temas nuevos como el propio «Too mean to die», «Zombie Apocalypse» y «Overnight sensation».
Parón para cenar y prepararnos para la traca final para un servidor, que eran ni más ni menos que Nightwish y Avantasia.
De Nightwish, que por pillar sitio en Avantasia, vi desde el lateral, me pareció un concierto espectacular por lo buenos que son, con una Floor que se comió el escenario ella solita y un Troy quizás menos presente que en otros conciertos. Para mí, tuvieron un fallo, que fue centrar su bolo en su ultimo trabajo lo cual quitó clásicos del setlist.
Finalizado Nightwish y con el público abocado en las primeras filas empezó el concierto de Avantasia and Friends… Porque por el escenario pasaron Ralph Scheppers, Bob Catley, Jorn Lande, Eric Martin, Herbbie Langans estaba de corista, en fin, una amalgama de músicos espectacular en el escenario y el trozo que pude ver, un concierto de bandera, aunque el sonido, al menos en la zona donde yo estaba podría haber sido mejor. Nos dieron clásicos de todas las épocas e incluso nos tocaron el nuevo single del futuro trabajo. Tobias es súper carismático encima del escenario y no para de hablar y corretear por el mismo y me encantó. Por lo que me comentaron luego fueron más de dos horas de concierto, aunque yo solo pude ver la primera hora porque al día siguiente tocaba trabajar, así que así le puse el broche al primer día.
Día 1 julio:
El día 1 nos levantamos con la noticia de que Diamon Head no llegaban y que tocarían al día siguiente. De todas formas, no llegaba así que fui con calma para llegar a ver a Evil Invaders, que pusieron patas arriba la carpa, con su mezcla de heavy tradicional con thrash metal. Bestiales, no había visto levantar tanto polvo en un mosh pit a nadie, que burrada.
Salimos a beber porque había que rehidratar el cuerpo y vi un poco de la descarga de Kontrust. Propuesta curiosa de folk y metal. Entretenido concierto y muy loable que salieran con el sol de justicia que hacia con los trajes regionales de su país.
Después de ellos, aparecieron Crisix para reventar literalmente el Barcelona Rock Fest. Que salga July Bazzoka disfrazado como la mascota de la banda y arranquen el bolo con «Macarena Mosh» fue sublime. Primer tema y un servidor con el móvil en la mano grabando dentro del pogo, eso no podía acabar bien… Se marcaron un concierto espectacular, sin tregua de principio a fin. Como detalles curiosos en una canción, no recuerdo cual, se cambian las posiciones y los instrumentos a lo cual yo me quede boquiabierto y en otra juli sale con la máscara verde de la película «La Máscara». Incluso se marcan un medley de Metallica/Pantera/Anthrax tocando el Hit the lights/Walk/Antisocial. Gran concierto, cañero y divertido. También quiero comentar que el batería Javi pudo estar tras los bombos dado que en Hellfest no pudo tocar el fin de semana anterior. Y para cerrar una locura de concierto, el tema «Ultra thrash» en el cual los dos guitarristas bajaron al publico a tocar entre ellos. De locura absoluta.
Y mientras veía a Crisix, en el otro escenario aparecía un pato inflable gigante y flipé, pensando, ¿Qué coño es eso? Pues eso es Alestorm y Alestorm es sinónimo de fiesta.
No los conocía, no había escuchado nada de su música, solo había escuchado comentarios sobre que eran muy divertidos y cuando los vi salir ataviados con faldas escocesas y bañadores de los años 80, pensé, esto puede acabar muy mal.
Su logo en la pantalla era una imitación al logo de Manowar y en un tema se presentaron como los propios -Manowar ante el delirio del respetable. Y puedo decir sin miedo, que fueron la sorpresa agradable del festival, me encantaron y de hecho ya soy un fan más. Temas como «Mexico», «Fuck you», «Magellan’s expedition», nos hicieron saltar y cantar como auténticos borrachos. En «Treasure Chest Party Quest» empezaron el tema tocando el «Kings of metal» de ya sabéis quien, con el consiguiente subidón de la gente. En «P.A.R.T.Y» nos volvimos literalmente locos y así todo su concierto. Una fiesta absoluta y cagando leches me fui al merch a por su camiseta.
Después fue el momento de mientras UFO hacían su concierto aprovechara para cenar y beber algo, ya que lo que vendría luego me tendría demasiado ocupado.
Y sobre las 22 horas comenzó el maratón. El Sr. Alice Cooper y compañía dieron buena cuenta del personal de Rock Fest. Según mi amigo Francisco Javier, el mejor concierto de todo el festival. Yo no soy gran seguidor de Alice aunque reconozco que hicieron un gran concierto, con clásicos como «No more», «Mister niceguy», «Hey stupid» y «Poison» (los temas que más reconocí) y una escenografía muy cuidada.
Acto seguido la descarga de Mercyful Fate, con un escenario soberbio, con escaleras, y unos juegos de luces espectaculares, dieron buena cuenta de sus legiones de fans, que se veían disfrutar a cada tema, mientras yo iba tomando posiciones para el concierto de Blind Guardian. Lo de Mercyful Fate, según me han dicho, fue soberbio, aunque a mi me aburrió un poco, ya que me carga la voz con tantísimo falsete… Pero para gustos colores.
Y sobre las 00:30 lo que fue el concierto de Rock Fest para mí. Era la banda que más deseaba ver, pues venían con la gira del aniversario del «Somewhere far beyond» y dieron toda una lección de clase, señorío y de metal. Horas antes, Marcus Sieppen fue baja de ultima hora y la banda en lugar de cancelar, siguieron adelante con el show. Es más, como ellos mismos dijeron, era la primera y última vez que Blind Guardian tocaban con un solo guitarrista, el maestro Andre Olbrich. Y efectivamente dieron un señor concierto, abriendo con «Into the Storm» y «Nightfall», para a continuación desgranar el Somewhere completo, a excepción del tema «Theater of Pain», que, al ser un tema muy especial para Marcus, decidieron no tocar y en su lugar tocaron «Time stand Still», que sonó igual de espectacular. Momentazo para el recuerdo es y será «The Bard’s Song in the forest» cantada a capella, ya que casi ni se oía la guitarra de lo fuerte que cantábamos y a continuación «The bard’s song the hobbit» que sonó atronadora. El tema «Somewhere far beyond» que nos hizo llorar de felicidad y para finalizar, «Valhalla» y «Mirror mirror». Como digo, para servidor el mejor concierto del festival, pero es una opinión mía, por el amor que les proceso a los Blind Guardian.
Y para finalizar el día, me acerqué a ver a Ross the Boss, pero aguante poco. No me gusta la propuesta que llevan, centrar su concierto en canciones de Manowar como si fueran una banda tributo, no me va en absoluto, así que vi tres o cuatro canciones y me fui a dormir, que todavía nos quedaba la jornada del sábado.
Día 2 julio:
Nos encontramos con dos noticias de ultimísima hora, mientras andábamos comiendo por Santa Coloma. La primera era que Diamond Head tocaban sobre las 15:00 horas, con lo cual me fue imposible de llegar a verlos y la segunda era que Medina Azahara que habían sido anunciados como sustitutos de Saxon, no tocarían (dicen que por presiones de las redes sociales en contra de ellos) y que en su lugar tocarían Obus.
Con lo cual, me tomé con calma la entrada, llegando para la descarga de Phil Campbell. El mismo caso que Ross the Boss, es como estar viendo una banda tributo, con lo cual, para mi el aburrimiento fue soberano. Tiempo que aproveché para mirar merch, tomarme unas birras y charlar con gente.
Sobre las 18:30 asistí a la descarga de la Metal Queen, Doro Pesch tocando temas propios y temas clásicos de Warlock como el final con el «All We Are» o el «Fur Immer». Concierto correcto, entretenido, Doro muy participativa y comunicativa con el publico y el publico respondiendo como no puede ser de otra forma. Muy bien.
Y después, Angelus Apatrida que le dieron la vuelta al público de Rock Fest como si fuera un calcetín. Lo de los albaceteños ya no es calificable con adjetivos, solo se puede decir que no puedes morir sin asistir a un concierto de ellos. Thrash en estado puro, mosh pit y walls of death por doquier y con un Rock Fest abarrotado, no vi volar tantos vasos de plástico juntos en un concierto. Empezaron con «Bleed the Crown», «Indoctrinate» y «One of us» y un servidor salió literalmente despedido de las primeras filas y acabé encontrándome con mis amigos, y entre todos hicimos un mini wall of death al lado de las barras. Soberbio concierto y dejándose la piel, aun a sabiendas que al día siguiente cruzaban España para tocar en el Resurrection Fest.
Después de Angelus, le tocó el turno a Megadeth, a los cuales no vi, porque aprovechamos para cenar fuera. Decir que Megadeth son una de esas bandas que en disco me gustan bastante pero que en directo me aburren soberanamente y por eso aproveché para salir. Poco más que añadir.
Acto seguido, entramos e intentamos posicionarnos lo mejor posible para intentar ver la descarga de Judas Priest. Rock Fest para entonces estaba petadísimo de gente, no exagero si digo que 40 o 50.000 personas, sobre todo, los que esperaban ver a Kiss a posteriori.
Judas Priest hicieron un show muy espectacular, empezando con «One Shot of Glory», a mí ya me tenían ganado. Gran escenografía, moto incluida, logo de la banda con luces colgado del escenario y subiendo o bajando en función del tema. Pero, la verdad, es que, si retiran ya, nos harían un favor, Rob Halford se mueve muy poco y ayudado por un bastón, de hecho, el escenario está adaptado, para que se pueda ir sujetando por varios sitios y la voz, aunque ha mejorado, se le notan mucho las ayudas pregrabadas. Y lo de hacer salir al escenario a Glen Tipton ya es de vergüenza ajena. Todos sabemos de sus problemas y lo mejor sería dejarlo en paz. En resumen, espero que sea la ultima vez que los vea en directo, ya que me quedó un buen sabor de boca a pesar de los comentarios anteriores.
Y llegó el turno de Kiss, el motivo principal, a mi modo de ver, de que hoy estuviera tan lleno el recinto de Can Zam.
Y eso que hicieron el mismo show, o muy similar, al de Rock Fest 2019 o la gira que los vi en el Palau Sant Jordi, creo que en 2017 o 2018.
Espectaculares juegos de luces y pantallas, plataformas que suben y bajan, la famosa tirolina, pirotecnia como para unas fallas, en fin, lo que es un show de Kiss.
En cuanto a la música, pues algo parecido a Judas, no puede ser normal que Paul Stanley hable soltando gallos todo el rato y cuando se pone a cantar, cante perfectamente……
Otros que se deberían retirar y que espero no ver más en directo, exactamente igual que con Judas.
Y así finalizó el Barcelona Rock Fest para mí, ya que no me quedé a Obus, pues todo sea dicho, después de dos años de no ir a festivales, físicamente ya estaba bastante agotado.
En resumen, una edición más que digna a pesar de todos los inconvenientes, y que espero y deseo que sea el empujón necesario para que se continúe celebrando el Barcelona Rock Fest en Barcelona, ya que, como digo, la edición quedó más que digna y la gente respondió de manera espectacular asistiendo en masa los tres días.
Ojalá que sea larga vida a Rock Fest y espero volver a escribir sobre la edición de 2023.
Grandísima crónica! La idea de presentarla como un diario, mezclando crítica y vivencias personales la hace muy atractiva. Enhorabuena por el trabajo y, sobre todo, por lo que disfrutaste allí. Abrazo!!