Kilmara – «Journey to the sun»

ROAR 2025

Mi padre, siempre me solía y suele decir, que en el esfuerzo está la recompensa, y creo que es la frase más acertada para definir lo que Kilmara ha logrado con este disco. Esfuerzo, dedicación, inversión y pasión han desembocado en este enorme trabajo, en este grandioso disco que, por fin, los va a encumbrar a la cima, como creo que se merecen y que se han ganado por derecho propio.

Que Kilmara son una gran banda, es de todos harto conocido, pero con las incorporaciones de Eric Martínez a la batería y Carles Salse a las guitarras, la banda ha dado un salto de calidad abrumador.

Todavía recuerdo con lágrimas en los ojos, cuando aquel 4 de julio de 2019 estos bravos luchadores, abrían todo un Rock Fest Barcelona, delante de unos cuantos fans y valientes que fueron a ver la primera banda del festival, ganándose a muchos seguidores aquel día, tras su descarga repleta de energía y vitalidad. Abrir todo un festival como Rock Fest no es sencillo y ellos lo lograron con maestría sobrada. Tras eso, la pandemia, que todos sabemos las consecuencias que nos trajo a todos, y la recuperación en aquel Ripollet Rock de 2022 donde nos volvieron a demostrar lo grandes que son y el gran concierto que nos dieron. En fin, como dije antes luchadores natos y apasionados de esta música que tantas alegrías nos da.

Trabajadores natos, cada uno en lo suyo y, aparte, aportando su tiempo, su dinero, su familia, en resumen, invirtiendo todo en su pasión y en hacernos disfrutar mucho a los que amamos y disfrutamos de su música.

Ya queda atrás aquel «Across the realm of time» de 2017, discazo a todas luces, y después de mucha lucha, de muchas aventuras y desventuras durante todo el proceso de grabación (cosas que se quedan entre la banda y yo en su estudio de grabación), este 2025 ve la luz, tras 7 años de intenso trabajo, este «Journey to the sun», que si hubiera una universidad donde se impartieran masters de rock, metal o como queráis llamarlo, este disco sería uno de los máximos ejemplos y exponentes de lo que significa la música hecha con amor y pasión.

Partiendo de una portada de lo más alucinante que he visto nunca (y vista en pantalla grande os aseguro que es más espectacular todavía) realizada por el bajista del grupo Didac, y continuando con una de las mejores producciones que he oído nunca, este disco está llamado a ser uno, por no decir el mejor, de este año, y en mi caso particular, uno de los mejores discos que tendré en mi colección de siempre.

La banda sigue formada por:

  • John Portillo a las guitarras
  • Carles Salse a las guitarras
  • Didac Pla al bajo
  • Daniel Ponce a las voces
  • Eric Martinez (Eric Killer) a las baterías

Como dije antes, el camino hasta aquí ha sido harto complicado, llegando al punto de casi volver a empezar de cero después de algunos problemas, pero la espera ha merecido la pena.

Porque todos, y cuando digo todos, me refiero a todos en la banda han hecho un trabajo estratosférico.

Daniel Ponce en este disco canta como los ángeles, desprende una garra y un sentimiento alucinante. Modula su voz y sus registros de forma tan sublime que demuestra en cada canción que no hace falta llegar muy alto para hacer sentir a los demás lo que quieres expresar. De los mejores vocalistas actuales sin duda alguna.

El trabajo de la dupla John-Carles a las guitarras es sobresaliente. Riffs espectaculares, solos vertiginosos, todo ello impregnado de una calidad sobresaliente. Chapo a las dos «hachas».

Lo de Didac al bajo, es tan sobresaliente, tan alucinante, cómo suena, cómo soporta el grupo y cómo lleva los ritmos por donde quiere, que agota los adjetivos a la hora de intentar describir.

Y lo de Eric, permítanme la licencia, pero para un servidor que comienza a aprender a aporrear bombos y cajas, es un espejo y un objetivo en la vida, intentar emularlo. Trabajo excelso tras su kit de batería, ritmos vertiginosos, dobles bombos cuando se requiere velocidad, cambios de ritmo al alcance de pocos baterías, pegada y contundencia cuando es necesario, y calidez y ritmos más «progresivos» cuando así lo requiere la banda y el tema. ¡¡Sobresaliente!!

Y dicho todo esto, solo me queda añadir el grandísimo trabajo de Carles en las tareas de grabación en los Sureau Studios y la producción final a cargo del maestro Sebb Levermann para dar como resultado final un sonido y una fuerza inusitada, haciendo que el disco suene fresco a la par que contundente, melódico y heavy a partes iguales.

A través de las diez canciones que componen el disco, disfrutaremos de la mezcla perfecta entre el power y el heavy metal, aderezado con algunos tintes más hardrockeros y algunas pizcas de speed metal con un sonido potente y actual.

Comenzando con «Point of no return», la intro del disco, con esos teclados «retro» evocando a los 80, grandilocuente y épica y con el detalle de desgranar algunas notas de lo que sucederá en el siguiente tema. grandísima intro.

«Journey to the sun» es el fiel reflejo de lo que son y lo que representan Kilmara en la actualidad. Velocidad, melodía, epicidad, contundencia, emoción y mucha pasión en cada nota, en cada acorde y en cada palabra. Enorme carta de presentación, primer single que nos dieron y con el mejor videoclip que he visto en años. Esos arcades me han llevado a mi juventud y eso no se paga con dinero. Mención especial a la parte de los solos doblados de guitarra, que me parecen estratosféricos y el estribillo que una vez lo escuchéis no os lo quitareis de la cabeza.

«Alliance of the free», siguiente tema, donde el power metal al más puro estilo Helloween retumba por los altavoces. Temazo soberbio de toda la banda, y donde quizás más destaca Daniel, que canta de una forma tan única y especial que desprende sentimientos en cada palabra que pronuncia. Tema en el cual caer y recaer en su escucha, pues tiene muchísimos matices por descubrir.

«Chances» o lo que es igual, mi tema preferido del disco. ¿Por qué? Por todo, por ser de esos temas que te tocan el corazón de una forma tan brutal que te cambian la vida. No trates de entenderlo, simplemente disfrútalo. Fue el segundo single, con un videoclip de lo más natural con la banda en su estudio. No me salen las palabras, solo me emociono cada vez que lo escucho y ahora mismo, mientras escribo estas líneas, lagrimillas corren por mis mejillas mientras suena de fondo. Toda la banda esta de 10 aquí, melódicos, contundentes, alegres, felices y con unos solos de guitarra sencillamente alucinantes. Tema que desprende positivismo al 1000 por 1000.

«Liberticide» es el siguiente corte y aquí vemos la vertiente más cercana al progresivo aderezada con una potencia y una agresividad dentro de los parámetros melódicos de la banda, que todavía hoy me sorprende y para bien. Con esos teclados que me recuerdan a bandas como Myrath, con altas dosis de epicidad a través los teclados y el final con el sintetizador en plan maquina recreativa de los 80, es un tema que no dejara indiferente a nadie. Quizás el más arriesgado del disco, pero que estoy convencido que de gustará muchísimo.

«Wildfire» es velocidad en estado puro. Con un principio que podría incluso equipararse a Dragonforce, por lo vertiginoso del riff inicial, este tema destrozará las cervicales de cualquier mortal que disfrute del metal. Power metal al más puro estilo Helloween o Dragonforce, aderezado con toques más hardrockeros más cercanos quizás a bandas como Eclipse y unos estribillos de esos tan pegadizos, que harán de este tema uno de los favoritos de cualquiera que le guste el disco. Ha sido el tercer single y otra demostración más de que este disco no tiene un segundo de respiro.

«An even whole» es la definición perfecta de lo que debe ser el power metal y el metal melódico de la actualidad. Pasión en estado puro. Vaivenes continuos que harán que tus emociones estén a flor de piel desde el primer hasta el último acorde del tema. Montaña rusa de emociones perfecta.

«Power of the mind» o cómo crear un himno para los conciertos. He de reconocer que este tema, para mi entender, es perfecto para los conciertos, ese «Brothers and sisters united by the power of the mind», esa frase me tiene loco. También reconozco que este tema, quizás un poquito más lento, más denso y no tan veloz, nos da un ligero respiro, pero que ese estribillo es ideal para cantarlo en directo y la fuerza que tiene esa frase en concreto, me ha ganado y conquistado. Solo espero en breve poder gritarlo en uno de sus futuros conciertos. canción algo más «cabalgante» y cargada de épica.

«Take me back» es el tema «sorpresa» del disco. Y la sorpresa viene de la mano de Daniel Heiman, excantante de Lost Horizon, colaborador con Mentalist, Avantasia y mil proyectos más. Otro temazo cargado de épica, de melodía, de contundencia y música de calidad superlativa y que encima cuenta con esa colaboración de lujo y que pone el broche de oro al disco.

Para acabar tenemos la nota divertida del disco, como es «Journey to the sun 8 bits», tema que cierra la edición europea del disco, que sencillamente es el primer tema del disco en 8 bits, cual consola de los 80 (me recuerda muchísimo a las canciones del juego Out Run de Megadrive). Nota del redactor: sólo los nacidos en los 70-80 lo entenderán.

Y ya por rizar el rizo, en la edición asiática del disco, está la versión acústica de «Journey to the sun» llamada «Journey to the rising sun», que es tan y tan bonita, que desde aquí invoco a la banda para que la introduzcan, aunque sea en la edición de plataformas, pues como les comente a ellos directamente, esta canción así en acústico merece que todos la podamos disfrutar, porque está tan cargada de emociones y es tan bonita…

Despues de todo lo descrito, solo puedo decir que Kilmara han dado el do de pecho y que merecen por méritos propios que todos hablemos de ellos, que les compremos sus discos y les apoyemos pues este disco, entra por derecho propio, en el hall of fame de la musica, al menos, en mi hall of fame.