¿Quién dice que los seguidores del metal no somos fieles?
Pues lo somos e incluso llegamos a puntos de locura, pero es nuestra «religión», nuestra forma de vida, y por poco que podamos, lo dejamos todo por ir a ver a nuestros grupos e ídolos.
¿Y por qué sentencio esto? Pues porque Hamlet es una de las bandas referencia del panorama nacional y de mi vida personal. Hamlet está celebrando una gira que engloba dos de sus mejores álbumes: «Revolución 12.111» e «Insomnio», dos álbumes que me marcaron muchísimo en mi juventud y que incluso a día de hoy suenan frescos y actuales.
Y por avatares y putadas de la vida, no pude ver esta gran gira en Barcelona, cosa que me jodió muchísimo, pero cuando los astros se alinean, pues no hay que resistirse.
Poniéndonos en situación, yo veraneo generalmente en un pueblo de la montaña leonesa, y viendo las fechas de la gira, vi que Hamlet tocaban en un festival en Suances (Cantabria) en fechas en las cuales yo andaba por la montaña. Hablé con la organización del festival por RRSS y me comentaron que era gratuito y acto seguido busqué alojamientos por la ciudad, cosa que fue imposible por lo prohibitivo de los precios. Pero ¿Quién dijo que no estamos locos? Pues eso, miré la distancia, unos 200 km de ida y otros 200 km de vuelta y pensé, si no lo hago ahora no lo haré nunca, así que volví a contactar con la organización, me explicaron los sitios, horarios y ubicaciones y el día 12 emprendí viaje de León a Cantabria para ver a una de las mejores bandas del panorama nacional, junto a Angelus y Crisix.
Como supongo que ya sabéis, colaboro en el podcast Rock Entre Amigos, y mirando el cartel del festival, recordé que uno de los colaboradores del podcast, Joaki, tenía un grupo y casualmente era Sez-naus que, oh casualidad, tocaba esta tarde/noche, así que mataba dos pájaros de un tiro.
El cartel del festival lo componían: Amia, Sez-naus, Hamlet y Emboque. Vayan desde aquí mis disculpas al grupo Emboque, ya que, por las distancias de coche, no pude ver.
Y como os decía, el día 12 emprendí mi viaje hacia Cantabria, casi tres hora de coche hasta Suances y la ubicación del festival.
El sitio y el auditorio me parecieron un sitio de lujo para la celebración de un concierto o festival. Las tres bandas que pude disfrutar sonaron de lujo, las barras, dentro de las limitaciones funcionaron genial e incluso hubo puestos de merchan. Todo genial. Un 10 para la organización.
Llegué sobre las 19.30 y encontré a Hamlet acabando de hacer prueba de sonido y me asombró cómo sonaban. Las expectativas estaban en todo lo alto.
Como único punto «negativo» fue el retraso de las bandas en actuar, lo cuál no sé si produjo algún recorte en los setlits de las bandas, pues comenzando media hora más tarde, Hamlet acabó a la hora que anunciaba los carteles del festival. Peccata minuta después de lo vivido, sin duda.
Sobre las 20:30 comenzaron Amia, con la gente sentada por las gradas del auditorio. Tarea difícil la de abrir, pero cumplieron con creces.
Con una propuesta muy de metal moderno, dieron bastante caña al respetable. Los tres integrantes del grupo se vieron muy compenetrados entre ellos y muy convencidos de su propuesta. Los que conocían a la banda, disfrutaron mucho de la descarga y los que no, como yo, se apuntaron el nombre para comenzar a seguirles.
La siguiente banda fue Sez-naus. Banda de la propia ciudad de Suances (véase el juego de palabras entre el nombre de la ciudad y de la banda). Como dije antes, Joaki, el «líder» de la banda, es colaborador, como yo, del podcast Rock Entre Amigos y fue un placer enorme el conocerlo en persona. Y descubrir su propuesta musical fue toda una sorpresa y desafío.
Se marcaron un conciertazo, banderas a los lados, fuegos, en función de los temas, incluso fuegos artificiales al final. La única pega fue la posición de la batería, a un lado por la gran batería que llevaba Hamlet y que ocupaba gran parte del escenario, y que al quedar en un lateral hizo que no se viera tanto al batería (soy muy fan de todos los baterías y me encanta fijarme en ellos).
La propuesta es tan loca como la presentación de la banda, «somos los putos Sez-naus y hemos venido a crear nuestro puto mundo».
¿Su música? es tan apetecible como arriesgada. Desde el metal más moderno al metal más tradicional, pasajes variantes, de los cuales si pestañeas un segundo has perdido el hilo del tema. Una autentica orgía musical, enormemente gratificante al oído que busca cosas nuevas y con la «única pega» de tener que escuchar una y otra vez para aprender y comprender las letras, cosa que en un concierto es difícil, pero ya estoy reponiendo mi base de datos escuchando sus temas de nuevo.
Momento álgido fue cuando tocaron «Porno Nuclear», en la cual la gente que iba y ya conocía la banda, se volvió loca, cantando y saltando como posesos.
El setlist fue:
- Nada tienes
- Sol
- Este no es mi mundo
- Lima
- La manada (púdrete)
- Sandy Hook
- Porno nuclear
- Marionetas
- Carroñeros
- El mismo error
- Por qué te vas (cover de Jeanette)
Bandaza, con una actitud envidiable y unas canciones muy particulares, como ellos mismos dicen, en su puto mundo. Y para un oyente ávido de nuevas propuestas, Sez-naus saciará su sed. Conciertazo y con el broche de la versión de «Por qué te vas» que puso patas arribas el auditorio.
Por último, agradecer, en lo personal, el trato de Joaki, sencillamente sublime.
Y llegaba el plato fuerte para servidor, la descarga de Hamlet.
Decir que Hamlet son de las mejores bandas del panorama nacional, es quedarse corto. Para mí, hoy en día, el trio de bandas en mejor forma y que mejores conciertos ofrecen son: Hamlet, Angelus Apatrida y Crisix (de las grandes bandas ya consagradas).
A Hamlet le da igual tocar ante 50 personas, ante 500 como ante 50.000. Lo dan todo en cada concierto, como si fuera el último y eso es de agradecer siempre.
En Rockablanca, no creo que fuéramos más de 500 o 600 personas, pero ellos salieron a rompernos las pelotas desde el minuto cero.
Con un setlist basado y centrado, como dije antes, en los discos «Revolución 12.111» e «Insomnio», nos machacaron durante los 90-100 minutos de concierto.
Lo de Molly y Luis Tárraga, es tan brutal como sorprendente. No paran de moverse por el escenario a la par que tocan la guitarra y cantan, en un estado de forma soberbio.
Lo de Kenc ya no sorprende a nadie. Ha encajado perfectamente en la maquinaria y tampoco para de moverse y de agitar a las masas, a la par que no falla ni una jodida nota con su guitarra Gibson Les Paul (espero no fallar en la marca). Álvaro es simplemente perfecto. No falla una nota, y soporta el peso de la sección rítmica sin problemas y es el complemento perfecto a Paco, que aporrea sin piedad su kit de batería.
El setlist fue tan aplastante como apoteósico:
- Crónica antisocial
- Tortura-Visión
- Poseer bajo sumisión
- Dementes cobardes
- Creerse Dios
- No me jodas
- Muérdesela
- Dónde duermo hoy
- El color de los pañuelos
- Habitación 106
- Egoísmo
- Antes y después
- Tu medicina
- J.F.
Y es que empezar con Crónica Antisocial fue tan bestia que nos dejaron hasta descolocados. Han «actualizado» los temas, que ya de por sí suenan frescos después de tantos años y han conseguido que suenen mejor incluso.
Después de los tres primeros temas, estábamos todos entregados a la banda. Y para el cuarto, «Dementes cobardes», la gente ya se volvió loca del todo con algún amago de asaltar las vallas y subir al escenario.
Fueron desgranando el setlist a un ritmo vertiginoso, pero sin perder ni un ápice de fuerza y energía. Molly no paraba de correr por el escenario, Luis saltaba por todas las plataformas, Kenc se apropió del lado izquierdo del escenario y no paraba de moverse al son de sus melenas rizadas y tanto Álvaro como Paco, destrozaban sus instrumentos.
En «Muérdesela», Molly nos regaló un momento espectacular, soltando un grito a capella de unos 15 segundos que me eriza los pelos cada vez que lo recuerdo. Sus cuerdas vocales están en perfecto estado, sin duda.
«Habitación 106» fue mi grata sorpresa, ya que es uno de los temas que más me gusta de toda la carrera de Hamlet y al tocarla me volví literalmente loco, tanto que no recuerdo si la había visto antes de directo. Sonó brutal.
Y el trío final con «Antes y Después», «Tu medicina» y «J.F.» aplastaron el Rockablanca festival. No sé si Molly me hizo el gesto a mí o no, pero me causó mucha impresión cuando acabó «Tu medicina», Molly se fue a sentar al lado de la batería, le hice un gesto de «joer puta madre» y el movió la mano diciendo «espera que queda el final».
J.F sonó atronadora, Molly se subió a una piedra del escenario, con el micro y el pie del micro y lo puso para que cantásemos nosotros, y como no podía ser de otra manera, la cantamos a grito pelado. Fue apoteósico y un final de concierto abrumador, con Kenc tirado por el suelo, Molly de rodillas, Luis saltando cual poseso, vamos éxtasis total entre la banda y el público.
Y así acabo mi presencia en el Rockablanca festival. Quedaba la banda Emboque, pero como comenté antes, desde aquí mis disculpas, pero las distancias me impidieron quedarme a verlos.
A la organización de Rockablanca Festival, felicidades y gracias. Felicidades por el trabajo realizado y gracias por las facilidades y la conexión con la gente que hemos preguntado por cualquier cosa relacionada con el festival.
A las bandas, gracias por los conciertos, fueron espectaculares todos.
Y mención especial, como no podía ser de otra forma, a Hamlet. Si la última vez que los vi, fue en el cierre de gira «acústica» en Granollers (Barcelona) y se marcaron un bolazo que hizo que no pudiéramos aguantar sentados en las sillas (todavía estábamos en pandemia), esta vez, volviendo a su status normal, nos han vuelto a demostrar que la profesión y la fidelidad a la música ya las llevan incorporadas en su ADN. Nos dieron otro concierto para el recuerdo, como cada vez que los he visto, y van unas cuantas, y sólo me queda esperar al siguiente concierto.
Y un agradecimiento muy especial tanto a Luis como a Alvaro, por regalarme sus puas.
Y muchas gracias a la persona que gestiona sus redes sociales, por haberme pasado el setlist ya que, con la emoción, no pude apuntar todos los temas.
En definitiva, otra demostración de que con ganas, ayuntamientos y entidades son capaces de montar festivales y reunir a buenas bandas, para que el metal siga adelante.
Un placer haber podido asistir al Rockablanca festival de Suances y larga vida al heavy metal en cualquiera de sus vertientes.
Muchísimas gracias por el esfuerzo y los km recorridos.
En suances tienes un amigo, encantado de haber cruzado nuestros caminos!¡!!🤟💯🤟
totalmente ilusionado que disfrutaste de los conciertos.
🤟💯🤟