Pink Floyd – «Wish You Were Here»

El gran golpe de efecto

Introducción

He de reconocer que el presente artículo iba a tratar sobre The Dark Side of the Moon, el disco más célebre, famoso y vendido de los Pink Floyd. Pero ya se han escrito ríos de tinta sobre este disco y además, para mí, por todo lo que representa, Wish You Were Here es el mejor disco editado por Pink Floyd. Por ello, y aprovechando que recientemente se ha cumplido el 45 aniversario de su grabación, voy a hablaros sobre el disco que marcó mi adolescencia, con todo lo que esa época conlleva.

En 2005, durante la celebración del Live 8, Pink Floyd hicieron felices a millones de fans. Fue la última vez que se vio tocar a los 4 integrantes de la banda juntos. Si 1975 representó la última vez que los miembros de Pink Floyd vieron a Syd Barret, treinta años más tarde la banda cerró el círculo. Después de años de peleas, Waters (que abandonó Pink Floyd en 1985) aceptó unirse a Gilmour, Wright y Mason para tocar 4 canciones memorables en el Hyde Park de Londres, en el marco del festival Live 8.

Cuando Bob Geldof (organizador por segunda vez del evento Live Aid) contactó con Waters y Gilmour para la reunión de la banda, David, en principio, simplemente le expresó su intención de extenderle un cheque para la causa. Sin embargo, Waters aceptó el ofrecimiento mostrando su lado más positivo en la colaboración. Bob, lo intentó de nuevo con David y al oír la aceptación final de Gilmour simplemente lanzó la frase “habéis hecho feliz a un anciano”.  La razón por la que Pink Floyd aceptó limar asperezas y reunirse allí ese día, iba más allá de la causa benéfica: “Estamos haciendo esto por todos los que no están aquí, pero en especial, por supuesto, por Syd”, dijo Waters sobre el escenario antes de que Pink Floyd tocara Wish You Were Here.

Wish You Were Here en el Live 8

Historia

La confusión y la desidia rodeaban a Pink Floyd a finales de 1973, se habían pasado meses en el estudio intentando dar vida a un nuevo disco.  El estado de ánimo de los integrantes de la banda estaba más bajo que nunca. El miedo a la decepción posterior que pudiera causar el nuevo disco, tras el impacto total de The Dark Side of the Moon, les había dejado agotados emocional y físicamente, y en especial a Roger Waters que le provocó un distanciamiento con el público, mostrándose frio y distante. El resto de los componentes se sentían también frustrados. Richard Wright dijo de esas primeras sesiones de grabación que sucedieron en un periodo difícil, mientras que Roger Waters dijo que fueron una tortura, concluyendo que estaban acabados. El batería Nick Mason encontró el proceso de grabación agotador y tedioso, ​y David Gilmour estaba más interesado en mejorar el material ya existente de la banda que en crear un material nuevo.

Pink Floyd en el estudio de Abbey Road. Sesión de grabación

Sin embargo, a las pocas semanas Waters comenzó a visualizar otra idea. ​Las tres nuevas composiciones escritas durante la gira de 1974 eran un punto de partida para el álbum, y Shine On (al principio, la canción se llamaba simplemente así) parecía una elección lógica para ser el centro de todo. Era básicamente un tema instrumental de más de veinte minutos similar a Echoes. David Gilmour era partidario de desarrollar esas tres composiciones y que el disco fuera armándose en base a ellas, pero Waters tenía otra idea: descartar Raving and Drooling y You Gotta Be Crazy, y la pista original de Shine on dividirla en dos partes. David no estaba de acuerdo y esto generó un conflicto entre ellos. Al final Gilmour declinó y se abocó a desarrollar un nuevo concepto que expresara el estado en el que se encontraba la banda. Roger Waters dijo en ese momento: «Yo sentía que en algunas ocasiones el grupo era solo una presencia física. Nuestros cuerpos estaban allí, pero nuestras mentes y sentimientos en otra parte».

Una vez tomó cuerpo la idea de separar en dos partes Shine on, pensaron en introducir 3 temas completamente nuevos y formar un bloque homogéneo. Así pues, se pusieron manos a la obra con los temas nuevos. Roger Waters, principal compositor y letrista quería mostrar el estado de ánimo y animadversión de la banda con respecto a la industria musical y el show business.

Welcome to the Machine y Have a Cigar eran ataques encubiertos hacia la industria musical, mientras que las letras se fusionaban con Shine On para crear un conjunto sobre las subidas y bajadas en la vida de Barrett, «Porque quería acercarme al máximo a lo que sentía … esa melancolía indefinible e inevitable sobre la marcha de Syd». ​Así pues, Raving and Drooling y Gotta Be Crazy finalmente no tuvieron cabida en el nuevo álbum, por lo cual fueron descartadas del nuevo proyecto y se renombraron como Sheep y Dogs, apareciendo 2 años más tarde en el álbum Animals.

Después de terminar la gira de Dark Side of the Moon, a Finales de 1974 presentaron en una pequeña gira En Inglaterra y Francia el material previo de Wish you Were Here. En noviembre Pink Floyd tocó en el Wembley Arena de Londres, tenían preparado su show multimedia (sonido cuadrafónico y envolvente, juegos de luces psicodélicas y hasta efectos visuales sorprendentes), y todo estaba preparado para que la noche fuera inolvidable. Poco tiempo después apareció un disco pirata de dicho concierto conocido como The Pink Floyd´s british Winter tour ´74, con una presentación y edición profesional que hizo que los fans pensaran que era el nuevo disco de Pink Floyd.

Portada y contraportada del álbum pirata

Tras el concierto las criticas posteriores se cebaron con la banda. Si bien, a la prensa en general le gusto el nuevo material y los efectos visuales, parece ser que el concierto fue un desastre. Los periodistas Nick Kent y Pete Erskine lanzaron una crítica destructiva sobre dicho evento: “Roger Waters y Nick Mason conforman la base rítmica más aburrida de la historia del rock”, y lo más suave que dijeron fue que el show había sido “vulgar y desalmado”. Pink Floyd terminaría reconociendo que había mucho de verdad en esa crítica: “Fue desorganizado, careció de entusiasmo y determinación”. 

Alan Parsons fue el ingeniero responsable del anterior álbum de Pink Floyd The Dark Side of the Moon, si bien decidió rehusar la oferta de la banda para seguir trabajando con ellos y comenzó un proyecto propio llamado The Alan Parsons Project. ​ La banda había trabajado previamente con Brian Humphries en la banda sonora editada en álbum oficial de Pink Floyd More. Así pues, tras la declinación de Alan Parsons como ingeniero de sonido, Pink Floyd arrancó las sesiones de Wish You Were Here en Abbey Road bajo la dirección del ingeniero Brian Humphries.

Pink Floyd en 1972

Concepto y significado

Wish You Were Here (“Ojalá estuvieras aquí”) es el segundo álbum de Pink Floyd en utilizar una temática conceptual escrita íntegramente por Waters, y evoca su sentimiento de que la camaradería e ilusión que alguna vez se había sentido entre los miembros de la banda, hacía tiempo que había desaparecido. ​ El álbum es también una crítica a la industria musical. Shine On se junta con Welcome to the Machine, que comienza con la apertura de una puerta (descrito por Waters como «símbolo de un descubrimiento y progreso musicales traicionados por la industria musical que está más interesada en el éxito»). La canción termina con sonidos de fiesta, reflejando metafóricamente «la avaricia y la falta de contacto y sentimientos reales entre la gente». Have a Cigar, disecciona a los «peces gordos» de la industria musical de forma similar. Wish You Were Here contiene letras relacionadas no sólo con la condición de Barrett, sino también con la dicotomía del carácter de Waters, como idealista, así como su personalidad dominante y mandona. El álbum acaba con una repetición de Shine On y más partes instrumentales.

Para el diseño artístico del álbum, al igual que en Dark Side of the Moon, contaron nuevamente con la sociedad gráfica Hipgnosis (Storm Thorgerson). Contiene una funda negra y opaca que tapa la portada del mismo. Las fotografías de la portada e interior del álbum son significativas. La portada del álbum se inspira en la idea de que la gente suele reprimir sus verdaderos sentimientos, por miedo a «quemarse», por lo que aparecen dos empresarios chocándose las manos, mientras uno de ellos está en llamas. La foto fue tomada en un estudio de cine de la Warner en Hollywood. La galleta central del vinilo muestra también 2 manos mecánicas estrechándose (un gesto, a veces vacío). Todo ello expresa en forma de metáfora el estado de autoestima de la banda. En el interior, más fotos, mostrando el poderío de imágenes relajantes en lugares inhóspitos, dando una imagen de recursos monetarios. Una foto magnifica de un modelo en el agua adoptando una posición de yoga, con una luz fantástica y muy costosa en el Lago Mono (incluso el modelo tuvo que utilizar un respirador para poder soportar la sesión de fotos sumergido). En la contraportada interna se ve un velo azotado por el viento en un bosque de Norfolk. La contracubierta del álbum representa un “empresario Floyd” sin rostro, que en palabras de Thorgerson estaba «vendiendo el alma» en el desierto (fotografiado en el desierto de Yuma en California). La ausencia de muñecas y tobillos, así como la perdida de arena debajo de él, representan su «traje de negocios vacío».

Portada y contraportada del álbum
Imágenes del interior del álbum

Wish You Were Here se estrenó en Knebworth en julio de 1975, para después ser lanzado oficialmente en septiembre de ese mismo año. Fue un éxito inmediato; la compañía discográfica EMI ni siquiera pudo editar las suficientes copias para satisfacer la demanda. A día de hoy el disco ha vendido más de 20 millones de copias en todo el mundo.

Los miembros de la banda Richard Wright y David Gilmour coincidían en que Wish You Were Here era su álbum más completo y favorito de Pink Floyd. Roger Waters dijo del álbum que estaba lleno de rabia y dolor, pero también de amor: «hay que mirar más allá del dolor».

Shine On You Crazy Diamond (Partes I – V)

La historia comenzó en el estudio King Cross con David Gilmour divagando con 4 notas de guitarra. A Roger Waters le llamó la atención y comentó que le gustaba lo que estaba tocando David y comenzaron a construir y desarrollarla juntos. Shine on your Crazy Diamond comienza con Wright en pleno esplendor: primero el incremento de una atmósfera etérea creada con múltiples teclados, sobre la que se va añadiendo un solo de sintetizador Minimoog, y por último, una base de órgano magno que se une al exquisito solo en clave de blues de Gilmour; el efecto de atmosfera melancólica denota el estado de ánimo de los miembros de la banda y se va diluyendo hasta llegar, esta vez sí, a ese punteo de cuatro notas del guitarrista (las pistas de guitarra fueron grabadas aparte, en el estudio número 3 de Abbey Road, mostrando aún más el efecto de distancia) y, de fondo, sonidos elaborados rozando con los dedos copas de vino y distintos niveles de agua. A continuación, el solo magistral de guitarra de David, totalmente enérgico, como interpretando un dialogo de preguntas y respuestas. Entra Roger Waters como cantante principal con David Gilmour, Richard Wright y las voces femeninas de fondo (Carlena Williams y Venetta Fields), formando los coros. «Recuerdo cuando eras joven, brillabas como el sol, sigue brillando, diamante loco», «Alcanzaste el secreto demasiado pronto, lloraste por la luna», canta Waters: Es el homenaje a Syd, su amigo, reflejando su ausencia, desaparición y destrucción. Un tributo a la amistad y a la pérdida de un buen amigo, pero también el reconocimiento a una persona maravillosa, amable, ingeniosa y con encanto. Sobre el final de la canción, el magnífico solo de saxo de Dick Parry va desapareciendo progresivamente.

Welcome To The Machine

Al igual que con Dark Side of the Moon, la banda utilizó sintetizadores como el VCS3 en Welcome to the Machine, aunque suavizados con la guitarra acústica de Gilmour y la percusión de Mason fundiéndose con sonidos futuristas, que sugieren puertas electrónicas y el repiqueteo del motor de una nave a punto de partir. Welcome to the Machine suena enojada, parece representar las consecuencias de haberse sometido a esa agenda de trabajo inhumana en busca del éxito. Waters, al referirse a esta letra, alguna vez habló de una «monstruosidad que nos mastica y nos escupe de vuelta», y el sonido maquinal es reforzado por la letra y la voz desgarradora de David Gilmour, apoyada por Roger Waters: «bienvenido hijo mío, bienvenido a la maquina», «no te gusta la escuela, y sabes que no eres la marioneta de nadie», «¿Qué soñaste?, No importa. Te diremos qué debes soñar«, «Soñaste con una gran estrella que tocaba la guitarra principal, siempre comía en el Steak Bar y le encantaba conducir su Jaguar, Así qué, bienvenido a la máquina». La pista va desarrollándose con los solos de sintetizador de Wright, apoyado con un arsenal de teclados y la guitarra acústica agresiva de Gilmour. Se apaga la máquina y se oyen los ruidos frívolos de una fiesta.

Have a Cigar

Volvemos a la crítica de la industria. Mas metáforas musicales: «ven aquí chaval, toma un cigarrillo, vas a volar alto y llegar lejos»; es decir, conviértete en una máquina de la industria discográfica, «ya no eres tu propio maestro, has hecho un gran disco antes, ahora queremos otro mejor, esta canción no es tan buena como la última», etc.

Roger Waters ​pasó apuros para grabar las voces de Have a Cigar. También se le pidió a Gilmour que cantase en su lugar, ​pero este último declinó. Incluso lo intentaron los dos juntos (existe una versión inédita del tema cantada por ambos). En aquel momento Roy Harper estaba grabando su propio álbum en los mismos estudios de Abbey Road, en el cual Gilmour ya había colaborado con algunas piezas de guitarra. David lo invitó a que lo intentara con Have a Cigar. Roy consiguió entregar el alma cantándola. A Roger Waters nunca le hizo gracia que la cantara Roy Harper, decía que le parecía que estaba cantando una parodia. Al final aceptó a regañadientes​.

Gilmour vuela alto al final de Have a Cigar, su solo con aires funky se corta de forma abrupta y se mezcla con la intro de la canción que le da nombre al disco.

Wish You Were Here

Los primeros compases de Wish You Were Here, se grabaron de la radio del coche de Gilmour, mientras alguien iba cambiando de dial (la música clásica que se escucha es un fragmento del cuarto movimiento de la Sinfonía n.º 4 de Chaikovski). ​

En el tema que da título al álbum, David brilla de nuevo con sus guitarras acústicas que incluye, primero, una frase con una guitarra de doce cuerdas que suena a lo lejos en una radio, y luego, un punteo de notas emotivas en primer plano. La guitarra acústica, en clave de sol, evoca un tono country hasta que se introduce la letra de un «genio» (según palabras de David Gilmour). Roger Waters resume toda la idea del álbum y puede interpretarse como un mensaje de él hacia Syd: «Cuánto quisiera que estuvieras aquí, Somos sólo dos almas perdidas nadando en una pecera año tras año, corriendo sobre el mismo viejo suelo, ¿Y qué encontramos?, los mismos miedos de siempre, ojalá estuvieses aquí». En el intermedio un solo acústico de Gilmour apoyado por su voz. Tras la segunda estrofa, continua Gilmour con su voz emulando la guitarra.

Durante la grabación de la pista en cuestión, El violinista de jazz Stéphane Grappelli se encontraba en otro de los estudios del mismo edificio cuando se le invitó a grabar una de las piezas del nuevo álbum.​ Aunque Grappelli no fue acreditado por su contribución (la banda presumió que podía sentirse insultado), se le pagaron 300 libras por ella. Existe una versión editada recientemente con el solo de violín de Grappelli.

Shine On Your Crazy Diamond (Partes VI – IX)

Para cerrar el álbum con la segunda parte de Shine on your Crazy Diamond, Rick Wright toma el protagonismo. Se encuentra en su salsa, en su elemento, es la «marca de la casa» de Rick. Demuestra su gran formación clásica. Utilizando órgano hammond, piano clásico y sintetizador. Resulta hermosa, conmovedora, evocando a Syd y toda su decadencia: el ácido y su retirada del mundo real.

Comienza con un fuerte viento que viene de la canción anterior Wish You Were Here. Mientras el viento se pierde progresivamente, David Gilmour entra con el bajo. Roger Waters incluye otro bajo en un continuo patrón de riff.  Rick Wright aparece tocando un sintetizador ARP para luego añadirse varias partes de guitarra rítmica y slide guitar de Gilmour, realmente desgarradoras al final. A continuación, vienen las secciones vocales, casi idénticas a las de la primera parte del tema: «Nadie sabe dónde estás, si cerca o lejos», «Te acompañare allí y disfrutaremos en la sombra del triunfo del ayer». Posteriormente, Roger acompaña con guitarra eléctrica a David y su solo arpegiado. A continuación, El piano eléctrico de Wright le da un toque blues, acercándose incluso al funky. Una clara progresión de ritmos por casi dos minutos que luego irán lentamente decreciendo, mientras una sola nota de teclado entra cerca del minuto 9. En una entrevista David Gilmour describió la última parte como «una marcha fúnebre… un elogio musical para Syd». La batería suena en la mitad de esta parte y el teclado toca el minuto final antes de desvanecerse, se puede escuchar una pequeña parte de la melodía de See Emily Play, una de las canciones escritas por Syd Barrett en Pink Floyd.

Una visita inesperada…

Como en un extraño guiño del destino, el 5 de junio de 1975 Syd Barrett se presentó sorpresivamente en Abbey Road cuando la banda estaba trabajando, justo en la mezcla de Shine On You Crazy Diamond. Andrew King, manager de la banda, vio a «un tipo gordo con la cabeza rapada que llevaba unos pantalones grises de Terylene, una camisa de nylon y una camiseta de cordoncillo». Andrew al fin lo reconoció y exclamó «Dios mío, es Syd, ¿Cómo te has puesto así?», a lo que Syd contestó: «Tengo una gran nevera en la cocina y he estado comiendo un montón de chuletas de cerdo».

A la banda le costó reconocerlo debido a su sobrepeso y a su cambio de aspecto. Roger y David se quedaron traumatizados rompiendo a llorar al verlo. Syd se quedó por allí y los Floyd continuaron mezclando la pista en la que estaban trabajando. Esto suponía tocar el corte una y otra vez. Finalmente, cuando ellos pidieron tocarla una vez más, Syd rompió su silencio y dijo inocentemente, «¿Por qué molestarse?, ya lo habéis oído una vez». Efectivamente, Syd estuvo por ahí y habló un poco, pero realmente no estaba allí…

Syd Barret se quedó un rato más, invitado por David Gilmour ya que estaban celebrando su boda en la propia cafetería de los estudios, pero se marchó sin siquiera despedirse. Ningún miembro de la banda lo volvió a ver hasta su muerte en 2006.

Aunque las letras del álbum ya estaban acabadas, la presencia de Barrett ese día en los estudios pudieran haber influido en la parte final de la canción (ejecutada por Wright, se oye el estribillo de See Emily Play hacia el final del álbum).

Aspecto de Syd Barret en 1975

Después de conocer la historia, uno no puede si no pensar que Roger Waters (autor de todas las letras del álbum), seguía explotando la figura de Syd Barret. Ya lo había hecho en Dark Side of the Moon y ahora en Wish you Were Here, continuaba aprovechándose del estado mental de su amigo y la leyenda en la que se había convertido. Después de Wish you Were Here, Waters recurrió de nuevo a la figura de Syd, era un «filón», y hago referencia al magnífico álbum The Wall y por su puesto a la película que lleva el mismo nombre (es evidente que el protagonista «Pink» es la representación de Syd Barret). Roger Waters siempre fue inteligente, cínico y a veces perverso. Esto no quita que quisiera de verdad a Syd, pero según la historia,
David Gilmour mostró mucha más deferencia hacia Syd, ayudándole todo lo que pudo, sobre todo después de la expulsión del grupo en 1968. No obstante, hay que concluir que Wish you Were Here es una obra maestra, si bien detrás de esos sentimientos de amistad, hipocresía y critica a la industria discográfica, se esconde un «sentimiento de culpabilidad».

Epílogo

En definitiva: Un gran disco, irrepetible y único. Como dije en un principio marcó mi adolescencia. Wish you Were Here me lo dio a conocer mi gran amigo Juan Enrique (“Quique” para los amigos), gran amante de Pink Floyd y en especial del disco que nos trae al caso. Avatares del destino hicieron que Quique se fuera también demasiado pronto. Si Wish you Were Here es en gran parte un tributo a Syd Barret, yo quiero dedicar este artículo a mi amigo.

Ojalá estuvieras aquí…

McGregor