Me detengo hoy a escribir sobre una de mis canciones favoritas de Depeche Mode, «Never Let Me Down Again», perteneciente a su aclamado álbum «Music For The Masses«, lanzado en 1987.
En cuanto a los datos, este fue el segundo single del disco (el primero fue «Strangelove»), alcanzó el puesto 22 en Reino Unido, número 2 en Alemania (occidental) y el puesto 10 en Suecia y Suiza.
Para la portada, se usaron fragmentos (diferentes para cada edición) de un mapa soviético de Rusia y Europa.
Escrita por Martin Gore, la letra es intencionadamente ambigua. Si se toma de una forma literal, Martin habla sobre la amistad, sobre una profunda amistad. Quizás un amigo especial, con el que está viviendo un momento extraordinario. Un viaje perfecto, donde el tiempo se detiene y se eleva el alma de una forma casi mística. Martin no quiere en ese momento que se rompa jamás ese vínculo, no quiere poner los pies en el suelo. Es un momento perfecto, quiere que dure para siempre.
El videoclip oficial de Anton Corbijn hace incapié en esta interpretación. En él vemos a un destrozado Dave Gahan tomando café con un anciano, para a continuación verlo dando vueltas con un minicoche a una granja. El resto de miembros de la banda se encuentra merodeando por la granja, hasta que finalmente llegan hasta Dave, que se encuentra ya totalmente derrotado, para ayudarlo.
El vídeo está muy en la línea de la imagen que el fotógrafo holandes creó para Depeche Mode, que incluye muchos de sus videoclips, portadas (algunas de ellas icónicas como la de su posterior álbum, «Violator»), e infinidad de fotografías oficiales.
Sin embargo, la interpretación más extendida no es la literal. En la época en la que Martin compuso esta canción, la banda estaba inmersa en el mundo de las drogas. Lo más probable es que ese «amigo» con el que Martin decía que estaba haciendo un viaje no sea otro que la propia droga, y la canción sea una oda al momento de subidón por estupefacientes. Incluso se admitiría en algunas estrofas que la droga es la parte dominante en la relación («As long as I remember who’s wearing the trousers»).
Musicalmente, se trata probablemente de la canción más dramática jamás compuesta por Depeche Mode. La percusión es muy, muy contundente, casi podríamos decir que más propia del rock industrial (Trent Reznor, apostaría a que esta canción te gusta mucho). En la intro escuchamos un riff de guitarra comprimido, que da paso a una combinación de bajo sintetizado, teclado y piano, que crean un bloque muy compacto. La voz de Dave Gahan es especialmente melancólica en esta canción, contribuyendo de forma magistral al bloque. Y para rematar, en el final de la canción podemos escuchar arreglos orquestales para poner en todo lo alto el nivel de epicidad.
De esta canción se hicieron infinidad de remixes, pero hay uno que destaca sobre los demás, llamado «Aggro Mix», y que los seguidores de Depeche Mode sin duda recordarán:
«Never let me down again» es la canción más interpretada en directo por Depeche Mode, con más de 900 veces. Además, hay incluso un ritual en el final de esta canción, desde que a Dave Gahan se le ocurrió animar al público a mover los brazos de un lado a otro, durante la gira de 1988 en Estados Unidos. Esta canción logra una comunión con el público como ninguna otra de DM. Podemos verlo en el disco en directo que la banda lanzó para inmortalizar esta gira, el mítico 101:
En 1994 la banda de Billy Corgan, Smashing Pumpkins, hicieron un interesante cover de esta canción, que acompañaba al lanzamiento del single «Rocket».
Canción compleja y abierta a varias lecturas, que llevan desde un canto a la amistad, a un/una amante o, ¿por qué no?, a las drogas, tal como nos advierte el artículo. En todo caso, el toque desesperado que tiñe toda la interpretación, da a entender que la relación en la que se ve envuelto el protagonista es de carácter tóxico. Musicalmente es muy potente, con una pesadísima batería que lidera la base rítmica y una melodía de los teclados tan simple como pegadiza. Auténtico himno de estadio de Depeche Mode, una gran elección para Rockmanía!!