Ummm…. ¡I’m back!
Pues sí, emulando a KK Fossor en el inicio de Fear City, despierto de mi letargo y proclamo que estoy de vuelta. Y como no podía ser de otra forma, regreso para hablar de la quinta obra de una de esas bandas que no te deja indiferente con su propuesta musical. Dicha banda son los germano-estadounidenses THEM.
Desde que los descubrí allá por 2022 con Fear City, su último disco hasta la fecha, y adentrándome en las historias que nos han ido narrando sobre la búsqueda de Mr. Thompson, a través del tiempo, por parte de KK Fossor para lograr venganza en represalia por los terribles actos cometidos por Thompson al asesinar a la familia de Fossor.
Y para este quinto capítulo, le dan una vuelta de tuerca a todo. Tanto al sonido, como a la producción, como a la música e incluso a la historia, ya que al final del disco nos dejan con una duda tan existencial como inquietante.
Vayamos por partes. La banda, como supongo que sabréis, transita entre el heavy, el thrash e incluso el speed metal, con unos toques cinematográficos y teatrales espectaculares, y con la voz inconfundible de KK Fossor, la cual transmite sentimientos y emociones con suma facilidad, llegando a unos tonos similares a los de Mr. King Diamond cuando es necesario.
Para esta ocasión, el artwork ha sido elaborado por uno de mis artistas favoritos, Giannis Nakos de los Remedy Art Studios, y el resultado, como siempre y ya para sorpresa de nadie, es sencillamente espectacular. Porque, aparte de la calidad de sus diseños, ya deja entrever por dónde pueden ir y continuar las aventuras y desventuras de nuestro amigo KK Fossor o bien Mr. Troy Norr… (eso igual queda para la sexta entrega).
Aparte, no sé si a propósito o no, continúa con una línea en cuanto a los diseños que me ha recordado a otra de mis bandas fetiche, Witherfall. Cada disco tiene una tonalidad de color muy marcada: Manor of the Sev7n Gables es rojo, Return to Hemmersmoor es azul, Fear City tonos negros y amarillos fluorescentes, y este Psychedelic Enigma tonos morados. No sé si es casualidad o bien algo premeditado de la banda, pero, cuanto menos, me ha sorprendido para bien.
Y en cuanto a lo musical, opino que el hecho de mantener la formación estable les ha dado un plus a la hora de componer y arriesgar en las canciones sin perder su esencia.
La banda sigue formada por:
- Troy Norr a las voces
- Markus Johansson y Markus Ulrich a las guitarras
- Alex Palma al bajo
- Richie Seibel a los teclados
- Y la única variación no confirmada es la batería, dado que en el primer single aparecía Steve Bolognese, aunque parece ser que las baterías de todo el disco las ha grabado un músico de estudio llamado David Deliniers.

Y entrando en la materia del disco que nos ocupa hoy, he de decir que es un disco que, de primeras, se nota más complejo y elaborado que los anteriores. Supongo que por el propio hecho de que la banda no quiera estancarse. Han evolucionado hacia canciones más elaboradas y con más matices, que necesitan ser escuchadas con más detenimiento para apreciarlas en su totalidad. Vamos, que no es tan directo como podría ser Fear City, pero que, con el paso de las escuchas, se va a convertir en un imprescindible de su carrera y de cualquier amante del buen metal.
Se abre el disco con la intro Ad Rem, cinematográfica y que ya va introduciendo pistas de lo que comentaré al final… Espectacular, y con riffs que más tarde volveremos a escuchar.
Tras esta intro, el primer single que lanzaron y que es la bomba del inicio: Catatonia. Trallazo a caballo entre el thrash y el speed metal. Guitarras poderosas y afiladas, sección rítmica perfecta y unos teclados súper envolventes, acompañando a la voz perfecta de Troy, nos dan un puñetazo en toda la cara. Tema que va directo a la colección de mejores temas de la banda y que, como su nombre indica, te deja en un estado catatónico.
Continuamos con An Evil Deed, y prosigue la velocidad y agresividad, con uno de los riffs más potentes de todo el disco, aunque aquí ya empieza a aparecer la característica que quizás más me gusta de la banda, y es la forma sublime de mezclar riffs matadores con melodías pegadizas. Os aseguro que no os sacaréis el estribillo de la cabeza.
Reverie, el tema que prosigue, es el más largo del disco, a excepción de la trilogía final. Canción netamente heavy metalera que, a ratos, podría llegar a recordar a bandas grandes del metal de siempre. Como dije antes, me encanta la mezcla entre agresividad, contundencia y melodía, y aquí vuelven a demostrar que son grandes maestros en esa ejecución. Otro estribillo para la historia y otra bolsa de riffs aniquiladores. También sobresaliente aquí el trabajo de los teclados, que le dan esa aura de misterio que envuelve a todo el disco.
Remember to Die es la siguiente canción y fue el segundo single. Este tema me fascina. Quizás de lo más “experimental” que les he escuchado nunca. Las baterías aquí son tan atronadoras y brutales que en algunos pasajes superan la velocidad de los blast-beats. Y ojo, que aquí Troy está espectacular utilizando sus tonos más altos con una sencillez abrumadora. Creo que entre este tema y Catatonia está mi tema preferido del disco.
Si hay algún “remanso” de paz en este disco, posiblemente sea esta canción: Silent Room, en la cual bajan un poco la velocidad y la agresividad en pos de ganar en teatralidad y atmósfera, incluso llegando a ser algo opresiva, como estar encerrado en una habitación silenciosa.
Psychonautic State, siguiente tema y tercer y último single, nos devuelve a la cruda realidad (o no) del disco. THEM en estado puro. Velocidad, contundencia, agresividad, melodías pegadizas y atmósferas que te van a hacer volver loco, literalmente.
The Scarlet Remains, la siguiente canción, no baja ni un ápice la calidad y la cantidad de buena música que nos están brindando desde el principio del disco. Tema heavy metalero 100 %, que podría llegar a recordar incluso a bandas como Iced Earth.
Y a partir de aquí comienza la trilogía final, aunque en el listado son tres canciones con sus propios títulos, pero he escuchado que son un todo. Electric Church, Echoes of the Forgotten Realms y Troubled Minds son los tres temas más largos del disco, y son los más elaborados y los que necesitan de escuchas y escuchas para apreciar toda la amalgama de música y sentimientos que transmiten. Sublimes los tres para dar por finalizado el disco… o no…
Porque todavía queda un último tema: Delirium, el cual es una historia narrada que, aparte de poner los pelos de punta por la narración y la expresividad, nos da un giro argumental en toda esta historia que, a mí particularmente, me ha dejado completamente alucinado y descolocado (¿Qué es real y qué no?).
En definitiva, THEM lo ha vuelto a hacer: otro gran disco a añadir a su carrera, en el cual han dado un salto cualitativo espectacular, tanto musicalmente como narrativamente, y que a mí me ha dejado con ganas de la sexta entrega ya y con un sueño por cumplir alguna vez, que sería verlos encima de un escenario por España.
Disco recomendadísimo y que estoy ansioso de recibir en casa; espero que en breve.

 
						



 
			








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